
El Círculo Ecuestre celebró el pasado jueves, 9 de mayo, el coloquio La relación público-privada sobre el sector cultural.
Tras la presentación, a cargo del presidente del club, Enrique Lacalle, Ainhoa Grandes, presidenta de la Fundación MACBA; Carlos Durán, fundador de galería SENDA y codirector de LOOP; Xavier Marcé, concejal de Cultura e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona, y Juan Manuel Sevillano, Managing Director Stoneweg Plazas & Experiences, protagonizaron una interesante charla sobre el sector cultural y la relación con las empresas públicas y privadas, moderada por Xavier Ayén, redactor jefe de la sección de Cultura de La Vanguardia.
En su intervención inicial, Ainhoa Grandes defendió el modelo público-privado del MACBA como un ejemplo de colaboración eficaz y de largo recorrido: “El MACBA es un consorcio en el que hay cuatro socios: tres administraciones públicas —Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno de España— y una fundación privada”. En esa línea, recordó cómo el proyecto nació en el contexto de la candidatura olímpica y cómo un grupo de empresarios apostó por crear el museo antes de que este existiera: “Leopoldo Rodés decía: ‘Barcelona necesita un museo de arte contemporáneo. ¿Por qué no nos inventamos un modelo público-privado?’”.
La presidenta de la Fundación MACBA quiso poner en conocimiento del público el papel de la entidad y su evolución para apoyar no solo la adquisición de obra, sino también la programación educativa y social, convirtiéndose en un pilar más estable frente a los vaivenes de la política: “Si queremos una cultura de calidad, tenemos que entender que las administraciones tienen un límite”. “Todos podemos ser mecenas a todos los niveles”, agregó.
Juan Manuel Sevillano, con una experiencia de 25 años en la Fundación Dalí y Managing Director Stoneweg Plazas & Experiences, compartió también su visión estratégica durante el coloquio celebrado en el club. “Desde el sector privado se puede gestionar la infraestructura cultural con la complicidad de la administración. Sin esa complicidad, es imposible.”
Defensor de un modelo donde la inversión cultural no sea solo filantropía sino también estrategia de desarrollo anunció la culminación del proceso de compra del edificio Comedia para hacer el Museo Carmen Thyssen: “El Thyssen es uno de los primeros ejemplos tangibles de lo que puede hacer el sector privado en complicidad con el sector público para contribuir al tejido cultural y a las infraestructuras de primer orden de esta ciudad”. “Es una inversión privada para llevar a cabo un proyecto relevante que tiene sentido, que cubre una necesidad y que viene a complementar lo que ya tenemos. Y si la ilusión y la complicidad del Ayuntamiento de Barcelona no estaría el proyecto funcionando”, agregó. “Barcelona efectivamente puede convertir a la cultura en un vector de desarrollo de competitividad internacional tremendo. Pero eso tenemos que repetir esta experiencia y empezar a interiorizar a nivel de ciudadanos lo que quiere decir eso”, concluyó.
En el marco de su parlamento, Carlos Durán reivindicó la capacidad del sector privado para transformar el paisaje cultural urbano: “Barcelona no es una ciudad que castigue la iniciativa. Cuando trabajas con el Ayuntamiento, te entienden y se hacen partícipes”.
Desde su doble papel como galerista y codirector de LOOP, explicó cómo surgió esta feria de videoarte y cómo logró sumar a más de 80 instituciones culturales: “Rompimos unas barreras absolutamente infranqueables. En cultura no hay competencia, hay concurrencia. Si lo gestionas bien, amplías el mercado para todos”.
Para finalizar, hizo un llamamiento a consolidar estructuras culturales desde lo local: “Muchas veces no se trata de sobrevivir, sino de consolidar estructuras genuinas. Las galerías son lugar. Y con los impuestos actuales, muchas tienen dificultades para mantenerse”.
Por último, el concejal de Cultura e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé defendió con firmeza la necesidad de asumir que la cultura es también una economía: “O crecemos como mercado cultural o estamos creando un tapón. El sector público no está para ganar dinero, está para gastarlo bien, pero necesita al sector privado para crecer”.
Ante esta premisa, Marcé propuso cinco líneas estratégicas para el desarrollo cultural de Barcelona: aumentar públicos, hibridar cultura e industria, internacionalizar, descentralizar y transformar los grandes equipamientos. E insistió en lo siguiente: “La cultura tiene una parte fundacional, una parte de negocio y una parte de conflicto. Pero sin colaboración, no hay desarrollo posible”. Para concluir advirtió que el contexto económico exige cambios urgentes: “Los presupuestos culturales van a sufrir. Necesitamos imaginación fiscal, alianzas, y combinar lo mejor del modelo continental con la agilidad del mundo anglosajón.”
El coloquio concluyó con un tono constructivo y de consenso, ejemplificado por las palabras del moderador Xavier Ayén, quien celebró el tono colaborativo entre administraciones y agentes privados: “Es muy raro eso que está pasando aquí: que el sector privado se deshaga en elogios hacia el público. Eso habla de una cultura institucional madura y con visión”.