¿Quién dijo que los tugurios de la Ley Seca ya no existen? El pasado viernes, 3 de marzo, el Círculo Ecuestre de Barcelona se convirtió en uno de esos antros clandestinos en motivo de una impresionante fiesta al más puro estilo años 20.

El evento fue promovido por el Comité de Nuevas Iniciativas de la Institución (CNI), liderado por la presidenta del comité social, Lucía Esquerdo. El evento contó con la asistencia de los socios del Círculo Ecuestre y de clubes de referencia, como el Real Club de Golf del Prat, el Real Club Náutico de Barcelona, el Círculo del Liceu, el Real Club de Tennis Barcelona, el Real Club de Polo de Barcelona y el Club Real Gran Peña de Madrid.

Los invitados se ataviaron con sus mejores galas para asistir a la fiesta: plumas, flecos y collares de perlas, a lo flapper en el caso de las mujeres, y chalecos, tirantes, trajes de rallas y boinas, en el caso de los hombres.



La entrada, al espacio en el que se realizó la fiesta se convirtió en una de las atracciones más curiosas y divertidas de la noche. Los asistentes debían acceder al festejo atravesando una entrada secreta que recordaba a una trastienda. L'Arca de Barcelona y The Forest Shoes pusieron su mejor savoir faire y decoraron el espacio. Una vez en el interior, se encontraban con todo un despliegue de diversión y lujuria, en el que destacaba una gran mesa de casino con dos crupieres del Casino de Barcelona en la que solo se podía jugar con puntos. Algunos de los premios más destacables fueron un tratamiento en Sisley, un menú degustación para dos comensales en el restaurante Unami, una salida al campo del Real Club de Golf del Prat, un set de Kriim y de Jander Skin, mesa VIP en Sutton, un recorrido termal de Aire Ancient Baths, una botella de 1800 Tequila, set de fragancias de Scentmate by Firmenich, entre otros. Party Fiesta dejó volar su creatividad y decoró parte del Hall principal y la famosa Pecera del Club.

La cena se sirvió en formato cocktail, Banisio encandiló con sus vinos a los asistentes y como no, Icon Spirit se ocupó de la barra libre con Gvine y Bushmills.

Esta fiesta contó con el mejor ambiente y grandes distracciones, como un asombroso espectáculo de jazz del grupo Swing Engine que transportaba musicalmente a los asistentes a los años 20, y Sutton, que puso su excelente broche de oro para cerrar el acto.

Los 170 invitados que acudieron al evento disfrutaron hasta entrada la madrugada de una fiesta idílica llena de entretenimientos.